En los últimos años Medellín ha experimentado una vertiginosa alza de turistas, un crecimiento tan veloz que rompe esquemas. Este fenómeno trae consigo oportunidades como amenazas, las cuales deben ser analizadas a fondo con la finalidad de maximizar los efectos positivos y reducir al mínimo problemáticas como la gentrificación, los daños al medio ambiente y el incremento de la inseguridad.
Impacto del turismo
Esta avalancha de viajeros ha fortalecido la economía local, reviviendo bares, cafés, restaurantes y boutiques que florecen en zonas como Provenza y Manila. Este inusual crecimiento ha generado nuevas oportunidades para emprender, ha diversificado la vida cultural y de entretenimiento en el territorio y ha ayudado a posicionar a la comuna 14 en el mapa global.
A juzgar por los números que la Secretaría de Turismo ha puesto en público, la ciudad recibió en 2024 a más de 1,8 millones de visitantes, la mitad de ellos del extranjero. En la actualidad, este sector contribuye con cerca del 7 % del PIB de la ciudad y sostiene más de 100.000 empleos, tanto directos como indirectos. Sectores como El Lleras, Provenza, Manila, situados en la comuna 14 y considerados un foco de desarrollo turístico, viven este fenómeno con especial intensidad.
No obstante, el auge también acarrea retos. Por una parte, se vuelve cada vez más evidente el desplazamiento de los habitantes que se doblegan ante el precio de la vivienda en la zona, ya sea por el valor del metro cuadrado a la hora de comprar o por el alza indiscriminada de los arriendos, que en escasos años se ha duplicado.
Por otro lado, la serenidad que alguna vez inundó la comuna se ha visto opacada por un ruido incesante, el deterioro de la seguridad y la presión desbordante que afecta a los servicios públicos.
Estas nuevas dinámicas, surgidas de la gentrificación, están constituyendo el núcleo de las tensiones entre residentes y visitantes, ponen sobre la mesa la imperiosa necesidad de proponer un modelo de un turismo responsable, inclusivo y sostenible para la comuna y la ciudad.
Y aunque Medellín es ampliamente reconocida por su innovación, enfrenta dilemas semejantes a los de ciudades como Barcelona o Ciudad de México y deberá aprender de ellas y dar respuesta a una necesidad inminente ¿Cómo mantener la identidad y la calidad de vida de los ciudadanos y los residentes, mientras reciben a miles de visitantes cada mes?
El papel de la comunidad
Frente a este panorama, la comunidad ha puesto en marcha intentos de organización. En articulación con la Secretaría de Turismo y los diferentes actores del sector, trabajan en la formulación de estrategias para dinamizar un turismo sostenible que, más allá del entretenimiento, permita visibilizar y conectar al turista con la historia, la cultura y los tesoros naturales que posee la comuna.
El turismo ha dejado una marca en El Poblado; ya sea percibida como una oportunidad o como una amenaza, su impacto es una realidad. Resulta incuestionable: se traduce en riqueza y abre un sinfín de oportunidades a escala global, aunque al mismo tiempo exige un equilibrio cuidadoso.
Desde El Poblado en Historias aspiramos a aportar, mediante estos contenidos, a la preservación de la memoria colectiva, la protección de los residentes y el impulso de prácticas responsables y sostenibles, temas clave para que el turismo continúe fungiendo como motor del desarrollo social y económico de la comuna.



