Cuando hablamos de prevención combinada en VIH, hay dos herramientas que generan muchas preguntas: la Profilaxis Pre-Exposición (PrEP) y la Profilaxis Post-Exposición (PEP). Aunque sus nombres son parecidos, no son lo mismo. Ambas forman parte de la prevención combinada, pero se usan en momentos distintos y con objetivos complementarios.
¿Qué es la PrEP?
La PrEP es un tratamiento preventivo para personas que no tienen el VIH pero que están en riesgo de adquirirlo. Consiste en la toma de una pastilla diaria o inyecciones periódicas, acompañadas de controles médicos y pruebas de VIH e infecciones de transmisión sexual (ITS) cada tres meses. Cuando se usa correctamente, la PrEP reduce en más del 99 % el riesgo de adquirir el VIH por vía sexual. Sin embargo, es importante aclarar que la PrEP no protege contra otras ITS como la sífilis, la gonorrea o la clamidia.
En los últimos años, Diversos estudios internacionales han analizado el uso de la PrEP y su relación con otras infecciones de transmisión sexual (ITS). En Francia, una investigación llamada IPERGAY encontró que cerca del 40 % de las personas que usaban PrEP adquirieron alguna ITS bacteriana durante el seguimiento. En el Reino Unido, el estudio PROUD observó que más de la mitad de quienes comenzaron a tomar PrEP presentaron al menos una ITS, una proporción similar a la de quienes la iniciaron más tarde. Por su parte, el estudio DISCOVER, realizado en varios países, mostró que la mayoría de los participantes tuvo al menos una ITS bacteriana durante el tiempo del estudio.
En conclusión: la PrEP es altamente efectiva contra el VIH, pero debe complementarse con otras medidas como el uso del condón y la prueba regular de ITS para una protección más integral.
¿Qué es la PEP?
La PEP es un tratamiento de urgencia que se usa cuando una persona ha podido estar expuesta al VIH. Funciona tomando medicamentos antirretrovirales durante 28 días. Para ser efectiva, debe iniciarse en las primeras 72 horas después de la exposición, y cuanto antes, mejor.
Se recomienda la PEP en situaciones como una relación sexual sin condón, la rotura de un preservativo, una agresión sexual o el uso compartido de agujas. No está pensada para usarse de forma repetida, sino en casos puntuales de emergencia. Para quienes tienen un riesgo frecuente, la opción más adecuada es la PrEP.
Diferencias clave y prevención combinada
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- PrEP = prevención continua. Se usa antes de una posible exposición, requiere adherencia y controles médicos.
- PEP = prevención de urgencia. Se usa después de un posible riesgo, dentro de las 72 horas.
Ambas son parte de la prevención combinada, que incluye también el condón, la prueba regular de VIH, el Tratamiento Antirretroviral (TAR) para quienes viven con el virus y la educación comunitaria para reducir el estigma.
La ciencia ha demostrado que tanto la PrEP como la PEP salvan vidas y son fundamentales en la respuesta al VIH. También nos recuerdan que la salud sexual no depende de una sola acción: requiere información confiable, hábitos de cuidado y acceso a servicios de salud de calidad.



